domingo, 1 de enero de 2017

XII San Silvestre Villacañera 31-12-2016

      Finiquitamos 2016. Mi lugar preferido, la San Silvestre Villacañera. ¿Por qué? pues como muchas de las sensaciones que se viven cuando uno corre, es bastante difícil describir. Me gusta intentar transmitir lo que vivo corriendo a través de este blog, veamos si hoy consigo que corráis conmigo...
      Después del Cross de la Cosntitución en Alcázar de San Juan soy capaz de preveer que en Villacañas correré por debajo de 4' el km. No son matemáticas, no me está regalando nadie nada; es puro esfuerzo, entrenamientos (sin pasarme, que este cuerpo hay que cuidarlo), descansos, comer con un poco de conocimiento y tomármelo como un pasatiempo que me haga sentir bien. Un buen cóctel.
      La tarde de ayer (y la mañana) fue bastante fresca. Es bueno para carreras cortas, ya que el fuerte ritmo hace que no te enteres del frío y que el cuerpo se vaya refrigerando (si, somos como los coches, necesitamos refrigeración jeje). Como llegamos con el tiempo justito, me desentendí del grupo de laguneros y me fui a calentar por mi cuenta (luego encontré a Albertuki y me hizo compañía un ratito).
      En línea de salida pude saludar a muchísima gente, Tony Layos entre ellos, me dijo que su padre Antonio, andaba por allí, pero fui incapaz de encontrarlo (me debes un gran abrazo, que lo sepas). Con mi cuñado Rubén vinieron varios amigos de Herencia, bastante rápidos, por cierto, y uno de ellos, Antonio, me preguntó cual sería mi ritmo. Como yo soy de los que dicen siempre la verdad (jeje), le conté exactamente lo que hice minutos después, y es lo que ahora sigue:
      Me coloco bien delante, pero no en primera línea. Salimos puntuales y a mi lado se encuentra Alberto, que está bastante fuerte (más que yo, de hecho). Enseguida nos adelanta Fillo por la derecha, fiel a su estilo, como las balas... luego es de los que dicen: "undaaaa, a ver si puedo ir a 4..." ja! a mí no me la das guapo! jajaja.
      Sin mirar el gps, ya que en esas calles no llega bien la señal y no me fío un pelo, voy guiándome por sensaciones, y a mitad de la Calle Mayor comienzo a adelantar a corredores. Voy por el lado izquierdo y Alberto hace lo mismo por el lado derecho. Adelantamos y nos ponemos uno al lado del otro. Como conozco al dedillo esta carrera, trato de ir llevando un ritmo lo más cómodo posible, dentro de lo que cabe, y trato de hablar de vez en cuando. Es un pequeño truco con el que ves si vas o no pasado de rosca, ya que, si no hablas, vas mal y si puedes decir algunas palabras, vas bien y los de al lado piensan que vas sobrado (jijiji). Efectivamente, voy bien, y junto al mercado de la Calle Concepción damos caza al grupo de las primeras chicas en el que van María Victoria y su inseparable David. Como últimamente me estaba ganando en todas las carreras que coincidíamos, reto a David con un "te estás durmiendo muchacho", mientras lo adelanto... Efectivamente, acepta el desafío y se pone "a rueda" sin decir ni mu. El primer mil lo dejamos atrás en 4 minutos, que es exactamente lo que yo había previsto.
      Pocos metros después damos caza a Jaime, un villacañero que siempre está en buena forma. Al reconocerme aumenta su ritmo y también se suma al grupo. Ya somos cuatro, y los otros tres están bastante fuertes, ¡esto va a ser un buen reto para mí!. Giramos hacia la Avenida Madridejos y dejamos de retener fuerzas, aquí hay que acelerar para ganar puestos, y uno tras otro, van cayendo los corredores que subieron más fuerte de la cuenta los primeros metros. El segundo kilómetro lo hacemos en 3'51" y antes de llegar a la rotonda del Sembrador vemos como Félix (local de mi categoría que anda bastante rápido) va andando y con muestras de dolor. Nos da el tiempo justo de preguntarle y que nos responda que ha tenido un pinchazo y no podrá seguir... Es entonces cuando pongo la calculadora en marcha y pienso en voz alta que son muy pocos los corredores de mi categoría que van delante. El abandono de Félix es un buen empujón de moral para mí y ahora me planteo correr más por táctica que por sensaciones. Habrá que ir mirando de qué color les pinta el pelo a cada corredor que seamos capaces de adelantar...Le digo a Alberto que si puede ir más rápido y quiere tirar, que lo haga, que yo voy a tratar de controlar mi ritmo y este chico tan majo contesta que de eso nada, que vamos los dos juntos, olé!!
      Abro un paréntesis para aclarar que, aunque el Garmin iba pitando después de las señales de cada kilómetro pintadas por la organización, al final me dió 5'6 kms, que es la distancia anunciada de la prueba.
       Alcanzar la Calle Mayor de nuevo es un plus para nuestras piernas, el público anima de lo lindo, y mis acompañantes se crecen, dándome el relevo en la cabeza del grupo y subiendo con ganas la segunda vuelta. Pasamos en 11 minutos exactos bajo el arco de meta y doscientos metros más delante, picamos el tercer kilómetro en 3'58". Jaime se nos va un metro por delante y enseguida nos grita para que le sigamos. Alberto responde, pero al ver que yo mantengo el ritmo, se queda a mi lado. Sabe que igual que en la salida, si no nos excedemos subiendo, la bajada va a ser rápida, así que vamos a ahorrar fuerzas, que nos harán falta después.
      Llegamos al cuarto kilómetro en 4'07". Pienso que quizás nos hemos sujetado de más, pero al igual que en carreras anteriores, empieza a dolerme el estómago. Maldigo mi suerte, ya que voy sobrado de fuerzas y esta pequeña traba en el camino va a mermar mis posibilidades de ir tan fuerte como me gustaría. Trato de no pensar en ello y así como vino, justo cuando giramos en la Avenida Madridejos, el dolor desaparece.
      Es el momento de saber dosificar con total exactitud las fuerzas que me quedan. Aumentamos paulatinamente el ritmo, Alberto se deja llevar y poco a poco, nos va sacando unos metros que ya será imposible recortar. Jaime se queda a mi lado y a David hace ya rato que dejé de oirle jadear (sinceramente, creí que iba con nosotros y que me daría el hachazo en el último kilómetro...). Yo voy dando las zancadas lo más largas posibles, trato de mover los brazos acompasadamente. En esos momentos es difícil, pero intento trasladar lo que entreno cuando hago técnica de carrera cada vez que mis pies chocan contra el asfalto. El quinto kilómetro, prueba de ello, sale en 3'43".
      Justo en la rotonda del Sembrador alcanzamos a Maxi, otro villacañero en buena forma. Va sufriendo mucho, y no creo que pueda seguirnos. También pasamos a otro corredor, mucho más joven, ya no sé cuántos vamos en el grupo.
      Justo antes de girar hacia la Calle Mayor me adelanta Jaime. El paisano Moisés y alguno más de los que allí se encuentran me animan con ganas. Como un poco más adelante se estrecha bastante el circuito, gracias al numeroso público, decido que es el momento de darlo todo y cambiar de ritmo lo más fuerte posible, así que en muy pocos metros, le paso por la derecha y acelero "sin conocimiento", como si nos estuviésemos jugando la victoria.
      El público le anima y estoy seguro de que él también va dando todo lo que le queda, pero no podrá darme caza y llego delante de él en nuestro pequeño duelo particular. Cruzo la meta en 21'45", con lo que la segunda vuelta ha sido quince segundos más rápida que la primera, perfecto!.
      El final de estas carreras es digno de enmarcar. Todo son grandes sonrisas y felicitaciones, exceptuando, claro está, a los que han abandonado o sufrido algún percance. Una vez recobrado el aliento me acerco al muro en el que están colocando la clasificación provisional y, sorpresa, tercer veterano B, toma ya!! Cierro el año de la mejor manera posible, subiendo al podio y corriendo con mis compañeros laguneros, no se puede pedir más.

No hay comentarios: