martes, 10 de enero de 2017

II Carrera Popular Villa de Quero, enero de 2017.

      Después de la Sansil Villacañera del pasado 31, retomo entrenamientos con algo de cansancio acumulado durante toda la semana, se ve que me exprimí mucho y el cuerpo no me pedía castigo en exceso. Tomo la decisión de no hacer ningún día de series y llegar a Quero más descansado. Aún así, el día de la prueba no tenía buenas sensaciones, Alicia se levantó con molestias estomacales y se quedó en casa y mi estómago tampoco estaba como para tirar cohetes. Con todos estos factores, decidí que sería mejor tratar de llevar un ritmo cómodo durante la carrera, acompañando a algún lagunero y disfrutando del evento.
      Una vez en Quero, el frío y la niebla hace que la pereza trate de adueñarse de nosotros; desde luego que no apetece hacer nada al aire libre en estas circunstancias. Pero cuando se trata de correr, la cosa cambia, no hay más que ponerse el dorsal en el pecho y comenzar a calentar para que uno se olvide de cualquier fenómeno meteorológico. Ahora lo que preocupa es el circuito: habrá hielo en alguna calle? nos perderemos con la niebla? nos castigará demasiado la cuestecilla del principio?...
      Como les dije a mis amigos, la sencillez que todavía tiene esta carrera me ha gustado mucho. No hay que preguntar nada a nadie, facilmente se llega al pabellón deportivo, se ve el listado con tu número identificativo, se entregan chip y dorsal sin apreturas ... claro, somos algo menos de 100 corredores y eso también influye mucho. Casi veinte laguner@s nos plantamos en la línea de salida, y excepcionalmente, quiero mencionar a Juan, Carol, Elia, Albertuki y Javi García, ya que los buenos resultados de unos y el esfuerzo de los otros me parece digno de elogio, bravo compañer@s!. No quiero decir que el resto no se esforzara, ni mucho menos, ya que me consta que todos dimos lo que pudimos, pero es que cuando he visto sus fotos, algo me ha llegado al alma reflejado en sus rostros.
      A la voz de ¡ya! se da la salida de la carrera. Me sitúo más o menos por el medio, ya que quiero hacer la primera subida relajado. Una recta corta, giramos y subimos. Los últimos metros los hago casi andando y justo a mi lado pasa Javi (el Rapi) que me adelanta rápidamente, ha subido de cuatro brincos. Por delante llevo algunas referencias, gente que corre más o menos lo mismo que yo, David (el fisio) y Ángel Quintanar, aunque este último demostró que está muy fuerte en el Cross de la Constitución, llegando bastante por delante de mí. Pero bueno, yo a lo mío, a disfrutar.
      Pocos metros después, yendo todavía por la calle Silos, Javi se frena y se pone detrás de mí. Y entonces es cuando aclaro que si alguno de vosotros os habíais creído que yo iba a correr sin "competir", llega el momento de la verdad: imposible, no puedo. Giramos por la calle La Puebla, cuesta abajo, y el que suscribe empieza a dar zancadas de las grandes. El que quiera seguirme, que apriete. Seguimos callejeando y el primer kilómetro lo hago mucho más lento que el año pasado, por encima de 4 minutos. Sin problema, hay que darle dos vueltas al circuito y no quiero desgastar demasiado, ya que no sé cuantos desniveles nos vamos a encontrar.
      Como soy un chico alto, en cada giro me voy mucho al exterior para tratar de no perder demasiada velocidad y que la inercia no me lleve contra las paredes (ni que fuese a 100 por hora jajaja). Y la técnica me sale muy bien, ya que los "arranques" después de cada curva son mínimos. Vamos aproximándonos al segundo kilómetro y Javi no da la cara, sigue pegado a mi espalda, así que en otra de las pequeñas bajadas, por la calle del Cuartel, vuelvo a apretar un poco. Giramos en Cristóbal Colón y a diferencia del año pasado, cuando el circuito nos llevaba a la estación, regresamos al pueblo.
      Hay otra pequeña subida y un nuevo giro a derechas. Un rápido vistazo para situar a mi perseguidor y ... sorpresa!! Floren y Albertuki a no más de 30 metros por detrás, y encima dando voces y saludando a los vecinos... Se acabó la prudencia, nada de dejarse fuerzas para luego, a apretar bien los dientes y evitar que la técnica de "la barredora" acabe conmigo...
      Del trecer al cuarto kilómetro están las calles más empinadas, pero una vez pasado este punto (el km 4), podré emplearme bien y tratar de sacarle más metros a mis amigos. Un pequeño chute positivo me da el adelantar a David con cierta facilidad en la segunda vuelta. Le animo a que me siga, pero reconoce que no podrá, que en Villacañas lo pasó mal por ir conmigo, así que se queda atrás. Bajo de nuevo con más fuerza que antes, mantengo las pulsaciones altas y poco después localizo al otro gigantón que menciono al principio, Angel. Me cuesta creer que sea él quien llevo a unos 50 metros por delante, pero reconozco su forma de correr. Evidentemente, se convierte en mi objetivo. El criptanense entrena de lujo las cuestas y seguro que tiene un buen final en esta carrera, pero yo voy a probar suerte y echo el anzuelo con fuerza, pasando el quinto kilómetro en 3'50" (el más rápido de todos). Lo alcanzo, me pongo detrás suyo y en el siguiente giro lo adelanto con un "vamos Ángel!". Aquí estaba Mari Nieves haciendo fotos, gracias por la instantánea!!


      El cuerpo me va respondiendo. Respiro con facilidad, el estómago no se queja, no acuso ningún dolor en las piernas y mantengo con cierta falicidad ritmos ligeramente por debajo de los 4 minutos el kilómetro, pasando el 6 en 3'55".
      A pesar de saber que ya no podrían alcanzarme ninguno de los mencionados, ya no bajo el ritmo hasta cruzar la meta, y termino con un crono de 26'15". Aunque la organización anuncia 7 kilómetros, por una vez, voy a fiarme más del gps, que marca 6'640. Enseguida tenemos los resultados, gracias a CRONO3. He sido 13º de la general, no hay categorías de veteranos.
      En la bolsa del corredor, fruta, refresco, boli y una camiseta chulísima. Gran carrera por una buena causa, en beneficio de ASPRODIQ.
      La próxima, este domingo en Herencia, en el barrio de San Antón.

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