lunes, 10 de febrero de 2014

¿Tendremos Rock’n’Roll?

Todo maratoniano que se precie odia y ama los 42 kilómetros y 195 metros por igual. Mientras corres, si te asalta el tío del mazo, lo odias profundamente, solo quieres acabar, cuanto antes; y el único pensamiento que ronda por tu cabeza es el de no repetir jamás. Pero una vez has terminado, cuando te sientas a la mesa con tus acompañantes y tus compañeros de carrera, ya estás diciendo ¿Cuándo es la próxima?.
Pero el camino a recorrer es muy largo; y no me refiero solamente al día de la prueba. Es en esta parte donde quiero mostrar mi descontento con la organización del maratón de Madrid. Básicamente mi crítica va dirigida al precio de la inscripción, bajo mi punto de vista, abusivo. Cuanto más se acerca el día de la prueba, más te cobran. Y eso no es nada justo.
Me explico. Entrenamos durante todo el año. Tenemos “picos” de forma, objetivos a los que ponemos más o menos interés, pero hablar de maratón son palabras mayores, al menos para el tipo de corredor popular al que la mayoría pertenecemos. Nos podemos presentar a casi cualquier carrera con poco entrenamiento, sin seguir un plan específico, incluso con alguna molestia a nivel físico, que la terminaremos rodando tranquilamente sin mayores problemas. Pero el maratón requiere más, mucho más. Constancia, entrenar cuatro o cinco días a la semana. Asimilación, no pasarte de rosca, respetar descansos para que todos los entrenamientos sumen. Sacrificio, algunos días no podrás irte de fiesta si quieres rendir a la mañana siguiente, son horas que también restas a la familia. Por otro lado, habrá muchos días en los que se entrena solo. Esta época del año se caracteriza por su mal tiempo, viento, lluvia, nieve… son cosas que no nos acobardan en  absoluto, pero dificultan nuestra práctica.
En resumidas cuentas, para llegar en buenas condiciones a la línea de salida deben sucederse muchos factores y no se puede pretender que por ahorrar un buen dinero, tengamos que inscribirnos seis meses antes. No hay más que ponerse a leer en los foros de atletismo para ver la frustración del corredor que, a unos días de la carrera, o incluso un par de meses antes, tiene que revender o regalar su dorsal porque se ha lesionado y no podrá participar.
Este año, como los anteriores en los que he participado, pretendo aprovechar la oferta de una marca que, al comprar alguno de sus modelos de zapatillas de temporada, te “regala” la inscripción (pero las zapas no son regaladas, precisamente).

Mientras tanto, aquí seguimos, entrenando casi a diario, rezando para no lesionarnos y poder hacer un buen papel en Madrid. Los más osados intentaremos romper la barrera de las 3 horas, el resto, por su parte, tendrá que acumular los cientos de kilómetros que refleja el plan del “maestro Uti”. Todos y cada uno, sin duda, daremos lo mejor de nosotros mismos, dignos portadores del nombre de nuestro Club de Atletismo, Las Lagunas de Villafranca.

Cada kilómetro recorrido es un paso más hacia nuestro objetivo. Los días que formamos grupo serán divertidos, nos sabrán a poco. Los días solitarios forjarán nuestro corazón, nuestras piernas, nuestra confianza para abordar algo que para muchos será solo un sueño inalcanzable, el maratón.

1 comentario:

Alma de Corredor dijo...

Con razón los entendidos corredores populares dicen que estar en la línea de salida ya es una victoria